Bustins Jeans, la marca de vaqueros sostenibles
Creados originalmente para los mineros estadounidenses en el siglo XIX, aquellos primeros pantalones de mezclilla no dejaron de ganar fama con el paso de las décadas. Tanto es así que hoy día es imposible encontrar un armario donde no existan unos vaqueros, sin importar la edad, el sexo o los gustos de cada persona.
La resistencia, la durabilidad y la versatilidad infinita de esta prenda nos conquistaron, como también conquistaron el mercado varias marcas dedicadas exclusivamente a la fabricación y venta de pantalones vaqueros.
Sin embargo, ante la gran demanda de esta prenda, muchas de estas marcas deslocalizaron la producción a países en vías de desarrollo, donde los costes de producción son más bajos y las leyes medioambientales son más permisivas o directamente nulas.
Con el tiempo, esta situación ha convertido el sector de la moda en uno de los más contaminantes del planeta, responsable del 5-10% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Y no solo eso, sino que es una industria con una alta demanda de agua, un recurso al que, en los países de producción, no toda la población tiene acceso.
En el lado opuesto del tablero, encontramos algunas marcas de moda como la vaquera Bustins Jeans, que ponen en práctica la slow fashion, una visión comercial más ética y responsable que la que tienen las grandes empresas del sector.
Los vaqueros sostenibles, cuando la moda respeta el planeta
Seguir la slow fashion significa aplicar una filosofía de negocio más respetuosa con el planeta, lejos de las prácticas abusivas y contaminantes de las marcas de la fast fashion.
Esta nueva filosofía está formada por cuatro pilares: el origen y la calidad de los materiales, la producción nacional, un catálogo atemporal y una producción con objetivo “cero desechos”. Todo ello para elaborar pantalones vaqueros más sostenibles, más éticos y de mayor calidad.
El origen y la calidad de los materiales
En lugar de recurrir a proveedores que se encuentran en la otra punta del mundo, Bustins, como marca de jeans slow fashion, trabaja con productores locales que suministran materiales de calidad. Uno de ellos es el algodón orgánico, la principal materia prima para confeccionar sus vaqueros sostenibles.
La producción nacional
La marca crea todas sus prendas en su pequeño taller de la Costa Brava, donde la mayor parte del trabajo se realiza manualmente. De esta forma, dan empleo de calidad a la gente de la zona.
Catálogo atemporal
La fast fashion se basa en la estacionalidad de los productos y en un catálogo muy variado; la producción por la producción. En cambio, Bustins Jeans se ciñe a un catálogo atemporal y acotado, formado por prendas vaqueras que pueden llevarse todo el año. Reducido volumen de producción, se prioriza la calidad antes que la cantidad.
Producción con objetivo “cero desechos”
Confeccionar vaqueros cada vez más sostenibles y respetuosos con el medioambiente es uno de los objetivos de la marca. Para ello, siguen mejorando sus procesos de fabricación para que el impacto de su actividad sea inocua para el planeta.
El verdadero coste de un pantalón vaquero
Debido a su lugar de producción y a sus infraestructuras, las grandes marcas de moda vaquera pueden ofrecer sus productos a precios reducidos.
Por la suma de 30-40 euros podemos comprar un vaquero en una gran superficie, pero la etiqueta nunca refleja el verdadero precio de ese pantalón: explotación laboral en países tercermundistas (incluso de población infantil), contaminación del planeta y uso desproporcionado del agua en dichas zonas del mundo.
Un precio demasiado elevado para una prenda que, probablemente, se desechará a los pocos usos, bien porque se deteriore enseguida, bien porque “ha pasado de moda”.
En cambio, detrás de los precios de Bustins Jeans, más altos que los de las marcas fast fashion, existe un trabajo artesanal, ético y consciente del único planeta que podemos dejar a las próximas generaciones.
¿Qué precio pones tú a unos vaqueros?
¿Y al futuro?