¿Para qué sirve el bolsillo pequeño de los vaqueros?
Hay ciertas cosas que, de tanto verlas en el día a día, pasan desapercibidas. Y pasan, y pasan, hasta que terminan convirtiéndose en detalles que siempre estuvieron ahí (¿no?), y ya nadie repara en su propio origen.
Una de estas cosas es el bolsillo pequeño de los pantalones vaqueros, ese espacio cuadrado de apenas unos centímetros que, cuando surgió, no era por estética, sino por una cuestión de utilidad.
El origen del bolsillo pequeño de los vaqueros
La invención de los míticos vaqueros se la debemos a cierta marca mundialmente conocida. Su fundador, un alemán que emigró a Estados Unidos a mediados del siglo XIX, decidió confeccionar ropa de trabajo para los mineros usando el tejido denim, una tela de gran resistencia idónea para las duras condiciones de aquel trabajo.
Los primeros jeans que comercializó dicha marca disponían de cuatro bolsillos: uno trasero, dos delanteros y el bolsillo pequeño al que nos referimos. La función de este último, lejos de lo estético, era poder guardar el clásico reloj de bolsillo y cadena, un objeto popular y delicado que, hasta entonces, no quedaba más remedio que guardarlo en algún bolsillo mucho más desprotegido.
Pasaron los tiempos del reloj, pero no de su bolsillo
Con la llegada del siglo XX, el reloj de pulsera puso fin a los tiempos del reloj de bolsillo, que terminó cayendo en desuso. Sin embargo, las nuevas marcas vaqueras mantuvieron el bolsillo pequeño en sus pantalones, tal vez como un detalle que distinguiese la confección del vaquero de otros pantalones.
Aunque el reloj de bolsillo ya prácticamente no se usara, en los años 30 apareció otro objeto que, intencionadamente o no, cabía a la perfección en el bolsillo pequeño del vaquero: el Zippo, un mechero que debía permanecer en posición vertical para evitar que la gasolina que contenía se derramara.
Siguiendo con las décadas hasta nuestros días, el bolsillo pequeño de los vaqueros nos sirve para guardar prácticamente cualquier cosa que quepa en él: monedas, envoltorios, chicles, mecheros que no se derraman…
¿Y los remaches de los bolsillos de los pantalones?
Sin salirnos de los vaqueros, otro de esos pequeños detalles que ya cumplen una función estética son los remaches metálicos de los bolsillos de los jeans.
Estas piezas metálicas se pusieron en los primeros vaqueros también por un motivo esencialmente práctico, como en el caso del bolsillo pequeño.
Como dijimos antes, los vaqueros surgieron como ropa de trabajo para los mineros, quienes cargaban sus bolsillos con mucho peso durante las largas jornadas. Para evitar que este exceso de peso descosiera y rasgara los bolsillos de los mineros, se reforzaron las esquinas con remaches metálicos, aumentado así la resistencia y la durabilidad de la prenda.
El color del hilo era el único elemento quizás con una connotación estética de los primeros vaqueros, y es que el color denominado caldera es el que combinaba mejor con el color metálico de los remaches. De ahí que la mayoría de regular jeans actuales estén cosidos todavía por defecto con este hilo de color más bien bronceado.
No deja de ser curioso que una prenda originariamente para trabajar se haya convertido en un icono de la moda. De hecho, desde la primera marca que inventó los jeans hasta la actualidad han surgido cientos de firmas que comercializan esta mítica prenda, tanto vaqueros para mujer como vaqueros para hombre.
Como siempre ocurre, los altos niveles de demanda llevan a las marcas a abaratar costes y reducir los tiempos mediante la producción en cadena, todo ello a expensas de los trabajadores y del planeta.
Nosotros ponemos en práctica el modelo de la slow fashion, creando ropa vaquera de manera artesanal, con materiales sostenibles y un catálogo atemporal.
La slow fashion no es una moda, sino la solución a problemas que cada vez pasan menos desapercibidos y tienen un claro origen: la fast fashion de las grandes marcas de moda.
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